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La operación «Musala» ha sido desarrollada por la Policía Nacional de España de manera conjunta con las autoridades policiales de Alemania, Colombia, Croacia, Eslovenia y Serbia.

Un total de 61 personas han sido detenidas tras un año de investigaciones policiales, a quienes se les ha intervenido 4.010 kilogramos de cocaína y más de 600.000 euros

La operación ha supuesto un importante reto para EUROPOL debido a la gran movilidad de los integrantes del cartel de los Balcanes, requiriendo una coordinación exhaustiva y permanente de todas las fuerzas policiales involucradas en la investigación

En España se han realizado intervenciones de forma simultánea en las provincias de Barcelona, Madrid, Málaga, Tarragona, Gerona y Valencia.

Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con los cuerpos policiales de Alemania, Colombia, Croacia, Eslovenia y Serbia, han desarticulado la mayor red de distribución de cocaína de Europa, procediéndose a la intervención de 4.010 kilogramos de esta sustancia estupefaciente y a la detención de 61 personas.

La operación se ha llevado a cabo bajo la coordinación de EUROPOL, y es fruto de la cooperación internacional de las diferentes policías europeas implicadas, así como de las autoridades colombianas y estadounidenses, con quienes se inició la investigación de forma conjunta.

La organización desarticulada pretendía llevar a cabo una operación de tráfico de drogas desde Sudamérica hasta Europa. En este contexto, EUROPOL activó una operación exclusiva para el desmantelamiento de este grupo criminal, lo que permitió detectar la presencia de diversos miembros del cartel de los Balcanes en diferentes países.

Dicha organización criminal estaba compuesta principalmente por súbditos de países del este de Europa, originarios principalmente de Serbia, Croacia y Montenegro. La principal característica del grupo investigado era su importante músculo económico y su falta de arraigo, que permitía a todos sus integrantes asentarse en distintos países del mundo, realizar viajes para mantener reuniones y encuentros y disfrutar de un nivel de vida al alcance de pocas personas.

Estos encuentros se realizaban en cortos periodos de tiempo, pudiéndose observar cómo se alojaban y frecuentaban hoteles y restaurantes de lujo. En España, la organización contaba con viviendas y vehículos que los integrantes del grupo ponían a disposición de los máximos líderes con el fin de dificultar la labor policial.

La finalidad de la investigación policial fue tratar de atacar la cúspide de la organización criminal cubriendo todas esas reuniones que se celebraban en cada país. Incluso, se pudo comprobar, gracias a la labor desarrollada en Colombia por la DIPOL, cómo estaban relacionados con el mundo del fútbol. Por medio de la compraventa de ciertos jugadores, se seguía el rastro al blanqueo de los beneficios que obtenían del tráfico de drogas.

El abordaje de un velero por parte del GEO da inicio a la investigación

Las investigaciones policiales comenzaron en 2018, cuando se procedió a la detención de un velero en el que viajaban dos súbditos croatas y uno estadounidense. Aquella embarcación fue abordada por el GEO, el Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional, cuyos agentes intervinieron 1,4 toneladas de cocaína que en ese momento era transportada en su interior.

Desde entonces, las investigaciones indicaban que el grupo desarticulado era el responsable del envío de la droga, y que disponían de recursos y medios para seguir intentando la operación, como se pudo demostrar finalmente. Sin embargo, a pesar de los numerosos datos que se recopilaron, no fue posible evidenciar en ese momento la participación de este grupo en aquella operación.

No obstante, la investigación continuó y, a finales del año 2019, uno de los miembros más importantes de la organización fue detectado nuevamente en España para llevar a cabo la preparación de una nueva empresa delictiva.

De esta manera, los esfuerzos se centraron sobre un montenegrino que representaba a una potente organización criminal asociada o a las principales organizaciones que operaban desde los países del este, concretamente al cartel de los Balcanes. Este cartel constituía una verdadera amenaza para la seguridad de los países del este, siendo considerado por las autoridades europeas como una de las más importantes organizaciones criminales que operaban en Europa, caracterizada por integrar entre sus filas a miembros paramilitares y dedicarse a la ejecución de multitud de ilícitos, principalmente el tráfico de drogas, robo de domicilios y vehículos, blanqueo de capitales, extorsión y secuestros.

El trabajo de todos los países se centró desde ese instante en tratar de confirmar las personas involucradas en la operación y, al mismo tiempo, en poder hacer el seguimiento de las mismas. El implicado procedente de Montenegro estableció su base de operaciones temporalmente en Málaga, aunque con frecuencia viajaba a las provincias de Madrid y Barcelona, sin obviar que se desplazaba por Serbia, Hungría y Eslovenia, entre otros países.

A través de los movimientos de este grupo, se pudo determinar cómo pretendía introducir una gran partida de droga en Europa a través de España procedente de Sudamérica. Para ello era necesario que contasen con una infraestructura y logística solo apta para grandes organizaciones criminales con un alto poder económico.

Los líderes no participaban en actividades que les comprometieran

La cúspide de esta organización estaba liderada por criminales que solamente participaban en las negociaciones sin realizar cualquier actividad comprometedora, quedándose en múltiples ocasiones al margen de las investigaciones policiales. A raíz del devenir de la investigación, y por los contactos y desplazamientos de la organización, se dedujo que estaban preparando una importante importación de cocaína.

Los viajes de los principales objetivos se sucedieron en los meses previos, visitando Madrid, Barcelona y Málaga antes de viajar a Sudamérica con el fin de ultimar los detalles relativos a la operación.

Así, a mediados del año pasado, pretendieron realizar un trasvase de droga desde las costas colombianas a una embarcación, teniendo todo listo y preparado para llevar a cabo la transacción de la droga. La acción de las autoridades americanas permitió la intervención de 1.350 kilogramos de cocaína. Esta acción policial supuso un duro golpe a la organización, que ignoraba dónde se había producido el error de la operación. Durante esos meses, se tuvo conocimiento de que la organización tenía lazos o conexiones en Italia, uno de los países donde presumiblemente iba a tener destino parte de la droga.

Tras un tiempo analizando en qué habían fallado, la organización decidió a finales de 2020 emprender una nueva operación marítima. Esta vez transportarían una cantidad aproximada de 1.250 kilogramos de cocaína, que viajarían desde las costas de Brasil hasta España, concretamente Cataluña, donde pretendían introducir esa importante cantidad de droga.

Esa es la razón que motivó nuevamente que el grupo organizado se reactivara y que celebraran nuevas reuniones en Europa –en Madrid en el caso de España-, todas ellas con el fin de poder concretar los detalles de la operación. Tras estos encuentros, en enero de este año se desplazaron los dos principales investigados hasta República Dominicana.

Llamó la atención de los agentes que, tras esa cita en la República Dominicana, ambos responsables de la operación comenzaron nuevamente su periplo por toda Europa, una vez llegado a un acuerdo en cuanto a los porcentajes y comisiones. En esos momentos, se confirmó que uno de ellos se desplazaría a Dubái, donde se entrevistó con el máximo inversionista y responsable de la organización.

Tras lo más duro de la pandemia, la organización retoma la operación

Con el avance de los meses, la pandemia retrasó temporalmente los planes de la organización, hasta el punto de que hasta finales del mes de diciembre no quedó establecida la operación. En esos momentos, determinaron volver a intentar la operación marítima, pero en esa ocasión la droga se trasladaría hasta las costas brasileñas, desde donde pretendían desplazarse hasta el punto de encuentro y trasvasar la droga. Ese encuentro en altamar tuvo lugar a finales del mes de enero de 2021, entregándose los 1.250 kilogramos que el grupo tendría listo y preparado.

Una vez que la droga fue recibida en aguas internacionales, fue traslada vía marítima hasta Europa, en donde el grupo criminal contaba con todos los medios necesarios para llevar a cabo la recepción y, en su caso, distribución de la misma. Se detectó, además, cómo uno de los principales responsables se desplazó hasta Tarragona acompañado por terceros miembros de la organización para esperar la llegada del cargamento.

Allí se entrevistó con un inversionista, quien no solo le facilitó sus contactos locales para poder suministrar la financiación para la operación, sino que, además, le ayudó a la obtención de la documentación para figurar como residente en España y que le fuera más fácil moverse por el interior de la península.

En España, comenzó a vender la droga en el mercado europeo incluso antes de tener acceso a la misma. Es por esa circunstancia por la que contactó con una organización que pretendía recoger una parte de la droga, momento en el que se procedió a la detención de los integrantes de la organización.

Las ramificaciones de la organización no solo se extendían a Cataluña, Málaga y Madrid, sino que además contaban con varias organizaciones con las que colaboraban habitualmente. Para ello, hacían uso de uno de los integrantes de este grupo, ubicado en Valencia y encargado principalmente de proporcionar comunicaciones seguras.

En el momento de su detención, y tras el registro de su domicilio, se le intervino más de 20 terminales telefónicos que tenían como objetivo garantizar la seguridad en las comunicaciones. Esta persona tenía una segunda función dentro del grupo desarticulado, ya que se dedicaba a recibir y enviar dinero, y probablemente actuaba como tesorero. Esto quedó acreditado por las vigilancias y por lo intervenido en el registro de su domicilio, donde se localizaron hasta 15 billetes de unos cinco euros con anotaciones de fechas asociadas a unas cantidades, y cuya función era acreditar que su poseedor había entregado o recibido la cantidad fijada o pactada.

Sorprendidos cuando se producía la entrega y recepción de la droga

Al procederse a la intervención del grupo, se constató que poseían diversas armas de fuego e, incluso, una placa emblema de un cuerpo policial de Montenegro. La explotación de la investigación se desarrolló al encontrarse los máximos responsables de la organización en España para gestionar los preparativos para la recepción final de la sustancia estupefaciente. Extremando las medidas de seguridad y evitando acudir a las reuniones en persona, los principales organizadores supervisaban todas las operaciones. Sin embargo, utilizaban a otros miembros de la organización para llevar a cabo las actividades más comprometidas.

De esta manera, fueron sorprendidos cuando se producía la entrega y recepción de los 1.250 kilogramos de cocaína en las afueras de Tarragona, practicándose sucesivamente varios registros domiciliarios en Tarragona, Barcelona, Girona y Valencia, y deteniéndose a todos los implicados e investigados. De igual manera, se desarticuló el sistema de financiación de la organización, que era el cultivo y distribución internacional de marihuana y la compraventa de vehículos de alta gama.

A través de ellos, se logró la detención de 12 miembros. Dos de estos detenidos eran considerados como objetivos prioritarios por EUROPOL debido a su historial delictivo, siendo investigados por multitud de países.

Conexiones con otras organizaciones criminales activas en Europa

La organización investigada poseía fuertes conexiones con otros grupos criminales de Europa, entre ellos el Clan KAVAC encargado entre otras misiones de financiar por medio del tráfico de marihuana principalmente las operaciones de este grupo.

Las Autoridades de Eslovenia (OPERACIÓN CUBO) y en cooperación con España, Alemania, Países Bajos, Croacia y Serbia han atacado simultáneamente a este clan que operaba en Europa del Este y que se dedicaban a cualquier hecho criminal considerado grave (trafico de drogas de cualquier tipo, blanqueo de capitales, tráfico de armas, asesinatos, etc…)

Fruto de esa estrecha colaboración, también se ha llevado a cabo en los últimos meses la intervención de 836 kilos de cocaína, 2.503 kilos de hachís, 12.5 kilos de heroína y 30 litros de anfetamina, sin olvidar el arresto de 46 personas como parte de esa organización.

La explotación ha culminado con la desarticulación de una de las ramas del Balkan Cartel más activas, atacando su aparato logístico y financiero, descabezando a sus líderes y mermando sus capacidades operativas futuras.

Efectos intervenidos

Además de las 61 detenciones y los 4.010 kilogramos de cocaína requisados, la operación policial ha dado como resultado la intervención de 2.569 kilogramos de marihuana, 173 kilogramos de hachís, 12.5 kilogramos de heroína, 30 litros de anfetamina, y más de 6 millones de euros en efectivo, nueve vehículos de alta gama, cinco motos, un arma de fuego y 300 cartuchos, un arma simulada, una placa emblema identificativa de servicio policial de Montenegro, diversas armas blancas, equipos de informática y telecomunicaciones, detector de cámaras, inhibidores de frecuencia y multitud de documentación relacionada con las empresas de la organización.

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