La policía ha acusado a los Pujol, de lucrarse de la corrupción desde 1990. Los investigadores de la Policía Nacional han lanzado la estocada final para apuntalar la acusación contra la familia Pujol Ferrusola. La “dinastía” que reinó en Cataluña durante décadas. Según un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal. El clan de Jordi Pujol. Quien fuese presidente de la Generalitat de Cataluña entre 1980 y 2003. Se enriqueció gracias a la corrupción hasta acumular una fortuna de 290 millones de euros.
Por tanto según han concluido los investigadores, esta sería una riqueza producida, a través de actuaciones propias del “crimen organizado”. Aprovechando la influencia en Cataluña de un apellido ligado al poder desde el despliegue de la democracia española. Jordi Pujol, un mito del nacionalismo catalán con una gran incidencia en la política nacional, es hoy un árbol caído de 89 años de edad.
Hasta los momentos, los investigadores encargados del caso. Cifran en 290 millones la fortuna que ha sido acumulada por el clan a través de “plusvalías ilícitas”
La investigación
La investigación ha arrojado un informe policial, donde se recopila y conecta los indicios de una investigación de siete años, sin aportar datos nuevos. Allí se eleva la acusación contra los Pujol Ferrusola a otra dimensión en el momento decisivo. A escasas semanas de que se cierre la investigación que conducirá a un futuro judicial oral.
Por tanto, esta investigación desbarata así en base a indicios policiales la coartada de la familia. Que ha alegado que el dinero procede de un legado del abuelo Florenci, que después la familia multiplicó con inversiones. En 2014, Pujol reconoció que había ocultado dinero opaco durante años. Procedente según él de esa herencia de la que se desligó. El juez ha dejado claro que no se cree esa versión y ha recriminado a la familia que no aporte ninguna documentación.
Se beneficiaron de su posición privilegiada
Sin duda alguna, la familia Pujol Ferrusola se benefició de “su posición privilegiada de ascendencia en la vida política/económica y social catalana”. Para acumular un “patrimonio desmedido, directamente relacionado con percepciones económicas fruto de conductas corruptas”. Según han explicado los investigadores policiales, encargados del caso.
También, según la UDEF, las supuestas actuaciones corruptas del clan se internacionalizaron a otros países a partir del 2003, cuando Jordi Pujol dejó la Presidencia de la Generalitat. El poder intimidatorio de la familia se evidencia en la declaración de un testigo que aportó indicios a la Policía. Según consta en el informe, un empresario de la navegación aérea rechazó denunciar los hechos por su cuenta ante los perjuicios que eso le causaría en Cataluña, temiendo la “muerte civil”.
Los investigadores conectan los ingresos de la familia con actos de numerosas entidades públicas catalanas. Sin embargo, el verdadero protagonista, y el principal imputado en la causa, fue el hijo primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Quien manejó los fondos familiares desde comienzos de los años noventa, cuando tomó el relevo de un gestor profesional.