Sergio Scariolo, el entrenador italiano que se enamoró de España. Sin lugar a dudas, el baloncesto es un deporte de jugadores en el que no siempre ganan los mejores. Así que como en muchos otros deportes, la incidencia del entrenador es mayor. Ya que es este quien tiene en su mano muchas decisiones que pueden cambiar el rumbo de un partido, e inclusive de un campeonato.
Y esto es algo que tiene bien Scariolo. Por ello emocionado ante el reto que suponía dirigir a un grupo tan nuevo y sin mucha experiencia en este Mundial. Donde tendría a su cargo una mezcla de veteranos y jóvenes talentosos a los que había que modelar. Un experimento que le apasiono sin medida, por ello dedicaba sus pocas horas libres en Toronto a diseñar nuevos sistemas, que le permitieran mejorar el desarrollo del equipo. Ideo, defensas con las que maniatar a las estrellas de los equipos que sabía que se iba a encontrar en China.
“Ha sido una experiencia divertida”, estas fueron las palabras del italiano, que le ha dado a España siete medallas en ocho torneos. Solo en el Mundial de 2010, el del fatídico triple de Teodosic en cuartos de final, se quedó sin subir al podio con la selección. Este es el equipo de su vida. Y sin duda, el país que ocupa ya su corazón, por encima incluso de Italia.
Sergio Scariolo, es el arquitecto de los sueños de la selección, y quien ha sido clave en este Mundial. Sergio viajó a Málaga para ver a Italia en el Europeo del 86. Y fue entonces cuando comenzó su idilio con el país que se convertiría en su hogar.
Su llegada a España
Sergio Scariolo fue visitó por primera vez Málaga de 1986, siendo apenas un joven soñador. Apasionado por un deporte que había sido el centro de su vida desde siempre. Este joven italiano se desplazó a España para seguir a su selección. Lo que no savia es que este sería un viaje premonitorio. Pues aquella zona de España se iba a convertir años después en su hogar.
¿Quién es Sergio Scariolo?
Sergio Scariolo, es hijo de un prestigioso entrenador, el señor Césare, este le inculcó el amor por la canasta siendo un niño y ya nunca pudo alejarse de ella. Dio pasos de gigante hasta llegar a la Lega y de ahí, al Baskonia. Su trampolín fue en la ACB, donde también entrenó al Real Madrid y al Unicaja. Pasó cinco años en Málaga, los mejores en la historia del club verde, al que llevó al título de Liga en 2006.
Y fue justo en esa época cuando se enamoró de Blanca Ares, su actual esposa, quien es además uno de sus apoyos fundamentales. Y desde que nacieron sus hijos, Carlota y Alessandro, le han seguido por medio mundo. Siempre lucho por mantener a su familia unida, sin embargo, el paso del tiempo los ha ido separando. Pero solo físicamente. Porque su hijo ha puesto rumbo a Nueva York para jugar al baloncesto en el Manhattan College de la NCAA. Tras haberse proclamado campeón de Europa sub 18 con la selección española.
os suyos son los únicos partidos que Scariolo vive con un punto de emoción, porque cuando está en un banquillo los sentimientos no tienen cabida. Ahí es un robot que analiza y decide en segundos. “No puedo permitirme pasarlo mal. Es una toma de decisiones tras otra. Para mí es lo más divertido”.