El hombre que rige el destino de uno de los futbolistas más prometedores de los últimos años, es Neymar da Silva Santos. La carrera de Neymar Júnior sin la figura de su progenitor, no se entendería. Ya que este pasó de ser un futbolista de segunda fila a convertirse en el intermediario que logró el traspaso récord en la historia del fútbol tras los 222 millones que abonó el PSG al Barcelona en 2017.
Además, el meteórico ascenso del brasileño ha sido proporcional al incremento económico del patrimonio familiar. Aunque la insuficiencia en la gestión personal de la rutilante estrella le ha dejado al borde del precipicio.
Hasta ahora ha sido Neymar Sénior quien se ha encargado de la tutela de su carrera. Sin embargo, este ha priorizado el factor económico. Situación que ha puesto en riesgo al jugador.
El balón de oro
Quien fuese llamado a ser el Balón de Oro que le discutiera la hegemonía a Messi y Cristiano Ronaldo. Hoy día pasa desapercibido en la Ligue 1, acuciado por problemas personales, judiciales y físicos. Problemas donde se le recrimina a Neymar la carencia de un entorno adecuado. Y el dedo acusador señala a Neymar Sénior, que le ha hecho rico, pero que ha puesto en zozobra su prometedora carrera.
Aunque quien lo conocen bien aseguran que es un hombre entregado a su familia y férreo defensor de los intereses del jugador. Incluso bordeando peligrosamente los límites de la ley. No obstante, los clubes en los que ha militado Neymar lo ven como un personaje incomodo, que no genera ningún tipo de confianza. Básicamente por las formas que tiene de velar por el patrimonio de su vástago. Y por los continuos coqueteos con los clubes más potentes de Europa.
Ha sido su Agente desde 2017
Fue hasta julio de 2017 que se registró de manera oficial por la CBF como intermediario. Sin embargo, Neymar Senior participo en todas las negociaciones, en las que el nombre de su hijo estaba sobre la mesa. Además, de que se especializó en obtener rendimiento de todas y cada una de ellas. El más sonado fue el pellizco que se llevó del Barcelona, que le pagó una prima de 40 millones de euros en 2013. Esto por adelantar una temporada la llegada del jugador al Camp Nou. La cobró a través de su empresa N&N que le gestiona los derechos de imagen. Además, logró firmar una serie de acuerdos remunerados por 11 millones de euros. Acuerdos que posteriormente han sido objeto de análisis judicial, además de una prima de fichaje de 10 millones para el jugador.
Y con Neymar ya de azulgrana, este se dedicó a satisfacer los caprichos y deseos de su hijo. Duro negociador contractual, fue incapaz de poner freno al frenesí de los Toiss o a la vida personal del jugador. Permitiendo que se ausentase para acudir al cumpleaños de su hermana en Brasil. O parara los partidos para atarse las botas en lo que se sospechó que era una maniobra comercial. Sus devaneos con serios pretendientes no le impidieron negociar su ampliación de contrato hasta 2021 con Bartomeu. Por lo que exigió una prima de renovación de 64 millones de euros. Cobró 21 pero la fuga al PSG colmó la paciencia del Barcelona que congeló los 43 restantes. Están en juicio.