El Real Madrid de Zidane, perdido en un laberinto

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El Real Madrid un equipo perdido en un laberinto. El domingo por la tarde, cuando en los smartphones de miles de aficionados del Real Madrid saltaba la alerta con el once que Zidane ponía en Roma. En el último partido de pretemporada de los blancos, a muchos se les atragantó la cerveza en el chiringuito. Y el último baño en la playa de un domingo de agosto. Tres centrales, dos laterales y dos mediocentros defensivos. El Madrid de 2019 parecía la selección de Javier Clemente de la década de los noventa.

El retroceso de Zidane durante este verano ha descolocado a muchos integrantes de su legión de fieles. Con el permiso de Cristiano, no hay en la historia moderna del Real Madrid. Primero como jugador y después como técnico, una persona tan importante y amada como el francés. Pero su legado ha recibido demasiados picotazos en cinco meses.

El Real Madrid un equipo que ha dado señales de estar perdido en un laberinto táctico. Se ven claramente jugadores sin ilusión, fichajes desaprovechados. Y un entrenador hecho un lío en una pretemporada para olvidar.

La pasada temporada

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Al técnico Zinedine Zidane se le pasó por alto el final de la pasada temporada por venir de donde se venía. Sin embargo, las cicatrices de esta pretemporada si le están dejando señales. Y preocupantes. Obcecado por tapar el agujero defensivo, ha probado distintos sistemas. 4-3-3, 4-4-2, incluso hasta 4-2-4. De todos ellos se pueden sacar ciertos apuntes positivos, aunque no demasiados. Del 5-3-2 solo debe preguntarse si el Real Madrid es el club más idóneo para jugar a un fútbol prehistórico.

Estos resultados se deben a lesiones, jugadores con los que no cuenta y falta de fichajes en esa zona del campo. El laberinto táctico en el que anda metido Zidane se puede justificar por la poca presencia de centrocampistas en su plantilla. Pero eso no es óbice para jugar como un equipo pequeño en una plantilla concebida para tareas bien distintas.

La presión elevada del Madrid

La presión elevada del Madrid dura poco y se hace de manera descoordinada. El equipo se parte rápidamente, genera muchos espacios entre líneas, no encima al pasador rival en zona de tres cuartos. Y no hay condición física en esta época que pueda parchear estas limitaciones tácticas. 18 goles encajados en 7 partidos. Muchos, sobre todo cuando ya no está Cristiano en tu bando para ver quién pega más fuerte.

Por ello, Zidane convocó de manera sorprendente a los medios de comunicación menos de 100 horas después de haber ganado la Decimotercera en Kiev para anunciar su dimisión ya que su equipo necesitaba “otro discurso, otra metodología de trabajo y otra cara para seguir ganando”. 14 meses después, y tras volver en marzo de este año, Zidane sigue apostando por los mismos jugadores con los que ya creía que no podía ganar más. Con la única novedad de Hazard. La suplencia o la mili en el Castilla es el destino del resto de fichajes. A ello, se le une la venta y cesión de prometedores jóvenes, como Llorente, Ceballos y Reguilón. El ostracismo de dos estrellas, como Bale y James, y el frenazo del efecto Vinicius. Un pandemónium a cuatro días de empezar la temporada 2019-2020.

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Periodista
Jefe de redacción en ElPeriodico.digital