Tras el empate con el Valladolid Zidane queda en entredicho

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Zinedine Zidane, ha quedado en entre dicho tras el empate con el Valladolid. Como bien sabemos todos, las victorias tienen muchos padres y las derrotas son huérfanas. Esa es la ley no escrita del fútbol. Por tanto, todos, tanto entrenador, como jugadores, son culpables en los éxitos y en los fracasos. Así que ni el Real Madrid de Vigo era el de la final de Cardiff, ni el Real Madrid del sábado era el más malo del mundo. Mereció ganar al Valladolid y no supo. Ya que se vio un centro del campo muy débil y Valverde sin jugar. No se comprende que no reforzara la zona de creación y de robo con un hombre de fuerza como el uruguayo

Muy aparte, del cúmulo de errores defensivos que permitió el empate pucelano, Zidane cometió fallos tácticos que propiciaron esa pérdida de dos puntos. El entrenador también tiene su parte de culpa. Para muchos, la principal en este fiasco. El responsable deportivo madridista deberá afinar en el futuro y aplicar el cambio prometido con jugadores, que es lo que se esperaba. Y no con sistemas sorprendentes que provocan extrañeza en los aficionados y hasta en la entidad.

Los errores tácticos que cometió el entrenador francés en el empate ante el Valladolid. Han provocado dudas en el club y por su puesto en la afición. Ya que el técnico leyó mal el duelo y los cambios parecían ya meditados.

Zidane no supo defender la ventaja

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Zidane no supo defender la ventaja. No hizo cambios acordes al partido. Por lo que deberá aprender la lección. Ya que el técnico no fue fiel a sus ideas y protagonizó errores inesperados. Se pasó de jugar bien a hacerlo mal por decisiones erráticas que merecen la autocrítica y que despiertan dudas en el club y en la afición.

Tras dos meses en la picota por una pretemporada con resultados preocupantes, el triunfo en Vigo frenó las críticas. Zidane lo consiguió con el regreso al 4-3-3 en ataque, con dos extremos puros, Bale y Vinicus, que abrieron el fútbol por las bandas. El galés se convertía en el cuarto centrocampista cuando había que defender. Todo el equipo lo hacía. El 1-3 presagiaba que el entrenador mantendría el once ganador en su retorno al Bernabéu. Sorprendió con un sistema menos ofensivo, un 4-4-2, sin Vinicius. El Real Madrid dominó, pero acusó la ausencia del brasileño. No hubo profundidad por los flancos. Su acoso era estático, previsible. Y no encontraba el gol.

Durante el minuto 56

La falta de acierto en el remate supuso que Zidane recuperara el 4-3-3 y abriera ambas bandas con la entrada de Vinicius a la hora de juego. Sustituyó a James, el mejor hombre de los locales en el primer tiempo. Porque el técnico adujo que sentía molestias. Pero el brasileño se integró al juego cuando el Real Madrid ya acusaba falta de fuelle en el centro del campo. Los blancos no mandaban como en la primera parte y el contragolpe visitante era muy peligroso. El esquema de Zizou requería un futbolista de potencia, como Fede Valverde. El uruguayo, sin embargo, nunca jugó.

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Periodista
Jefe de redacción en ElPeriodico.digital