En el CEIP Jardín Botánico de Mijas, la reciente crecida de un mayor número de alumnos con necesidades educativas especiales (NEE) ha generado preocupación entre las familias por el impacto que esto está teniendo en la atención personalizada que reciben estos estudiantes. Aunque el personal especializado del centro mantiene su compromiso con los alumnos, el tiempo disponible para atender a cada niño debe dividirse entre un número cada vez mayor de estudiantes, lo que está afectando la calidad del servicio educativo.
“La educación inclusiva es un derecho fundamental, pero la realidad es que, con más niños que requieren apoyo específico, el tiempo que los profesionales pueden dedicar a cada uno se reduce”, explica una madre del colegio, quien ha alzado la voz para visibilizar la situación.
Un ejemplo claro de este problema es cómo ha cambiado la frecuencia de las sesiones de apoyo: “Si antes un niño podía recibir atención dos veces a la semana durante una hora, ahora, con el mismo número de profesionales y más alumnos con necesidades, esa atención se ha reducido a una sola sesión semanal. No porque los profesionales no quieran, sino porque simplemente no tienen más tiempo disponible”.
La comunidad educativa destaca que no se trata de una falta de recursos, sino de un desajuste entre el crecimiento en la cantidad de alumnos con NEE y la disponibilidad de los profesionales que los atienden. Los docentes y especialistas están haciendo todo lo posible para equilibrar esta situación, pero muchos padres temen que la calidad de la atención personalizada que estos niños necesitan para su desarrollo y aprendizaje se vea comprometida.
Esta preocupación ha llevado a varias familias del centro, entre ellas madres como la que da testimonio, a tomar medidas para buscar soluciones. Una de ellas ha sido dirigir una carta al Defensor del Pueblo Andaluz, pidiendo su intervención para garantizar que todos los niños con necesidades educativas especiales reciban la atención adecuada en el colegio.
“El problema no es nuevo, pero el aumento de niños con NEE ha hecho evidente la urgencia de incrementar los recursos disponibles en los colegios. No se puede seguir esperando que los profesionales hagan milagros con el mismo tiempo y más alumnos”, añade la madre.
La educación inclusiva, según las familias, no solo beneficia a los niños con NEE, sino a toda la comunidad educativa. “Fomenta valores como la empatía, la diversidad y el respeto. Pero, para que sea efectiva, necesitamos garantizar que cada niño reciba el apoyo que necesita, sin comprometer la calidad”.
Las familias del CEIP Jardín Botánico esperan que esta situación sirva como llamada de atención para las autoridades educativas. “No estamos pidiendo milagros, sino una planificación adecuada y un compromiso real con la educación inclusiva”, concluye la madre, quien invita a otros padres y ciudadanos a unirse a la causa y defender los derechos de los niños que más lo necesitan.
Desde la Junta de Andalucía no se han emitido declaraciones oficiales sobre este caso en particular, pero las familias confían en que su voz será escuchada y en que se buscarán soluciones para mejorar las condiciones en el CEIP Jardín Botánico y en otros centros que enfrentan situaciones similares.