Los Turpin de California, conocidos como los padres de la “casa de los Horrores”, fueron condenados a cadena perpetua. Los agentes que se presentaron en el número 100 de Muir Woods Road. Difícilmente podrán olvidar la espantosa escena que se encontraron en ese lugar. Ya que allí se encontraban niños en pijama, atados a sus camas con cadenas y candados. Además estaban pálidos y desnutridos, clamando a gritos por algo de comida, para poder alimentar sus diminutos cuerpos.
Los oficiales, lograron llegar al sitio. Gracias a que uno de los pequeños tuvo la fortuna de poder escapar de la casa y con un teléfono móvil. Llamo al 911 el número de emergencias. Allí relato lo siguiente: “¡Tenemos hambre!, ¡Por favor, queremos comer!”. Este lamentable llamado de auxilio ocurrió hace ya más de un año en la ciudad de California. Y hoy en día, los responsables han sido condenados a cadena perpetua. Luego de que aceptaran sus culpas y se declararan culpables ante el tribunal.
Fueron condenados a cadena perpetua los Turpin. Quienes son el matrimonio esclavizó durante años en su propia casa a sus trece hijos. Esta pareja mantenía a sus hijos encadenados a las camas y sin prácticamente darles de comer.
Más de una veintena de cargos
Este matrimonio está formado por David y Louise Turpin. Y fueron arrestados en el mes de enero del pasado año. Su caso fue tomado por el fiscal del condado de Riverside, Mike Hestrin. Quien se encargó de presentar más de una veintena de cargos contra cada uno de ellos. Cargos entre los que se incluye detención ilegal, abuso de menores, abuso sexual y tortura.
Según todas las pruebas que fueron recaudadas, el representante del Ministerio Público. Pudo relatar durante el juicio que descubrió que los abusos comenzaron cuando el matrimonio vivía en Texas. Y que además, continuaron cuando se mudaron a California, donde se radicalizaron sus conductas.
Cuál era su conducta
Según se pudo descubrir, los Turpin mantenían a sus hijos encadenados en la cama durante semanas e incluso meses. Durante este tiempo los privaban de agua, alimentos y de atención médica. Y por supuesto que estos niños no tenían educación alguna.
Dos de sus hijos pudieron testificar durante la jornada. Y se encargaron de hablar de todos los abusos que sufrieron. Y al finalizar una de las hijas afirmo que: “Mis padres me han arrebatado mi vida”. Mientras que otro de los menores ha asegurado no poder describir con palabras todo lo que ocurrió. “A veces tengo pesadillas con cosas que pasaron. Como cuando mis hermanos eran encadenados o recibían palizas”.
La madre de los menores
“Lamento todo lo que hice para causar daño a mis hijos”. Fue parte de las declaraciones que dio la madre de los niños durante el cierre del juicio. Esta les pidió disculpas a sus hijos. Y dijo antes de empezar a llorar. “Les quiero más de lo que pueden imaginarse”.
Sin embargo, David Turpin, el padre de los menores. No pudo hablar debido a las lágrimas. Por lo que su abogado se limitó a leer un comunicado en su nombre. En el que este les deseaba a sus hijos que tuvieran éxito y les pedía que permanecieran unidos. “Doy gracias a Dios por todos mis hijos”.
