Con 13 años transmitía íntimamente a los tronos lo que experimentaba cuando los veía pasar en la Semana Santa de La Línea de La Concepción, donde se crió y pasó su infancia. Les contaba el encuentro, qué sentía al observar las imágenes o cómo veía a los nazarenos. «Cada imagen, a lo largo del recorrido, tiene sus momentos clave, álgidos, sentidos. Ahí es donde hay que buscar ese pellizco, la emoción», señala. Eran sus primeras formas de explicar los sentimientos que le producía la Semana de La Pasión. El 29 de marzo, este guardia civil de Tráfico que llegó a Marbella en 2004 hará participe a todos los asistentes a la iglesia de La Encarnación de los sentimientos que le producen la Semana Santa, de la que será el pregonero.
¿Qué sintió al recibir la noticia de que sería el pregonero de la Semana Santa?
Un sentimiento entre alegría, por la confianza que conlleva, y a la misma vez una responsabilidad, casi de pánico, al preguntarme si seré capaz. Se trata de vivir la pasión de los siete días de la Semana Santa y tratar de transmitirla a cofrades, cristianos y las personas que vengan a disfrutarla. Hay que llegar al corazón de personas muy diversas.
Ya tiene experiencia en pronunciar otros pregones ¿Qué diferencia al de la Semana Santa?
En términos taurinos podríamos decir que está uno solo ante seis miuras. La diferencia entre este pregón y los pronunciados hasta ahora es el bagaje de uno. También he hecho unos cursos básicos de teología. He profundizado bastante en la vida de Jesús y el antiguo y nuevo testamentos. Había cosas que creía conocer, pero era un neófito.
¿Cómo se elabora un pregón?
A los dos o tres días comencé con los bocetos y una estructura de lo que quiero decir y adónde quiero llegar. Quiero que sea un pregón abierto para que todo el mundo pueda coger de él, que esté hecho para todos y que cada uno pueda coger las dosis que quiera.
¿Cuál será, en líneas generales, la orientación del pregón?
Principalmente, la vida de la Jesús y el encuentro con Él. Jesús llega a nosotros en su momento de entrega. Quiero explicar por qué Jesús se entregó, obedeciendo al Padre, sabiendo que el final era trágico y le iba a doler. Creo que Dios Padre no te lo da todo; Él te pide y tu intuyes, aceptas y te tienes que confiar. De eso se trata la Fe, de recibirlo de esa manera y dejarte llevar a través de Él. A través de conocer cómo Jesús se fue entregando llegamos a conocer lo que era la intención de Dios Padre.
¿Qué destacaría del pregón que ofrecerá?
No quiero que sea un pregón al uso. En él meto los misterios que tenemos en Marbella, como Pollina, La Columna, Santa Marta, Nazareno… Los utilizo para traer el evangelio y ponerlo en las calles de Marbella. Hago una traslación de los Evangelios para traerlos a Marbella. Y los complemento con las imágenes que tenemos en el municipio.
¿Cómo vive o siente un pregonero la Semana Santa?
Como el culmen de una preparación. La siento como vivo la Cuaresma, haber llegado para entregarme y encontrarme con Jesús y con lo que soy yo mismo también. ¿De qué manera puedo hacer que la Semana sea más Santa? Intento ser más paciente, más comprensivo con mis hijos, mi familia, con las personas que tienes al lado. Ser más atento y ver, en las personas de tu alrededor, el rostro de Cristo. La diferencia es que, el resto del año, estás más alejado, en otras cosas, en otros mundos, en el trabajo, en la casa…
¿En qué momento está, a su juicio, el mundo cofrade de Marbella?
Estamos con avances cortos, pero con mucha calidad, sobre todo en la forma de presentar, elegir o hacer. Los carteles ya no son una fotografía cualquiera; ahora son cuadros en los que se le pide a un pintor que transmita un momento, una experiencia o el alma. También estamos buscando una espiritualidad en el pregón, más allá de recuerdos personales o nombres.
¿Cree que la juventud de Marbella se siente atraída por el mundo cofrade?
Sí lo está. Pero también tendrían que darse cambios generacionales. Los que van ocupando las direcciones en las cofradías vienen siendo los mismos. Falta un poco de iniciativa y de cambio. También es cierto que hay que formarse y saber lo que hay que hacer. Ser miembro de Junta o participar de ella es un compromiso para cuatro años. Hoy en día, la entrega por parte de los jóvenes es muy corta. Los jóvenes que valen son oro en paño.