El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, compareció en una rueda de prensa el pasado 19 de septiembre, en conjunto con su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae-in, luego de tener su segunda reunión en Pyongyang para anunciar la firma de una declaración entre ambas partes. En la exposición el mandatario también ofreció algunos pequeños destellos de lo que podría ser el desarme atómico del país, pero pidió que Estados Unidos también actúe.
Los posibles pasos que el régimen norcoreano está dispuesto a tomar son la posible desmantelación del centro de pruebas de misiles que tienen en Tongchang-ri, bajo la supervisación de expertos de origen extranjero y también de tomar la misma acción con su central nuclear de Yongbyon. Sin embargo, para cumplir con lo anteriormente dicho, aseguró que esperan que el gobierno estadounidense ejecute medidas similares, como lo han planteado siempre desde que comenzaron las negociaciones de desnuclearización.
La separación de Corea surgió luego de la guerra que se suscitó cuando los del norte quisieron invadir a los del sur. Finalmente se dividieron en dos Estados soberanos en 1950.
La cumbre entre ambos líderes tuvo una duración de tres días y tenía como tema principal el avance de los acuerdos de paz entre los países vecinos. No obstante, una temática importante se tocó fue la reactivación de las negociaciones de desnuclearización entre Estados Unidos y Corea del Norte, que se encuentra en un punto muerto, luego de la reunión entre el mandatario norteamericano y el surcoreano, la cual tuvo lugar en Singapur el pasado mes de junio.
Nadie actuó primero
Las exigencias de cada país era que el otro diese el primer paso. Desde Pyongyang pedían que el Gobierno de los Estados Unidos accediera a un tratado para asegurar el fin de la guerra coreana, mientras que en Washington reclamaban que el régimen de Kim Jong-un debía realizar acciones específicas para su desarme, como la entrega de sus armamentos nucleares o facilitar el ingreso de observadores internacionales para examinar las instalaciones donde mantenían sus equipos.
Gracias a la mediación en la pasada cumbre que el régimen norcoreano mantuvo con el presidente del país vecino, Moon Jae-in, quien es la persona que más ha realizado esfuerzos políticos para mantener negociaciones nucleares aún activas, los de Pyongyang han ofrecido un paso pequeño pero significativo en pro del posible desarme nuclear.
Ahora el siguiente paso debería ser tomado por el Gobierno de Donald Trump, quien meditará si el ofrecimiento de la nación asiática es suficiente para mantener las conversaciones aún en proceso. En este sentido, algunos analistas han asegurado que Corea del Norte ya ha decidido inutilizar sus centrales nucleares para continuar negociaciones en años pasados, como lo hizo en el 2008, y que si decidieran desmantelar los centros, aún conservarían las bombas ya fabricadas que no bajarían de la docena.
Reacciones de Estados Unidos
Luego de las declaraciones ofrecidas por el líder político asiático este miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece darle el visto bueno a la medida que la nación norcoreana está dispuesta a tomar. En un mensaje que escribió en su cuenta de Twitter, el mandatario norteamericano aseguró que Corea del Norte va a “permitir inspecciones nucleares, sujetas a negociaciones finales, y desmantelar permanentemente un sitio de pruebas y lanzamientos en presencia de expertos internacionales”.
Según adelantaron fuentes en Seúl, el presidente de Corea del Sur viajará a Estados Unidos la próxima semana para participar en la Asamblea General de la ONU y posteriormente se reunirá con Trump para hablar acerca de las conversaciones que mantuvo con Kim.