Mariano Rajoy, se encargó de darle el primer aviso sobre Assange, después de que lo comparara con los nazis. El 27 de marzo de 2018 fue el día en que cayó la gota de provocación que rebasó el vaso de la paciencia del Gobierno español. Ya que Julian Assange, quien es fundador de Wikileaks. Ya se había comparado al Estado español con la Alemania nazi. Por lo que se le había alertado de una limpieza étnica en Cataluña. Esto a cuenta del pulso de los independentistas por el referéndum, entre otras graves acusaciones.
Pero hasta entonces Assange solo lo había hecho en su cuenta de Twitter. Y en medios independentistas o en la órbita de la desinformación rusa. Aquel día, sin embargo, el fundador de Wikileaks se hizo entrevistar por una colaboradora suya. Stefania Maurizi, en uno de los principales diarios de Europa, el rotativo italiano “La Repubblica”.
Sin embargo, en la entrevista, que se realizó, Assange volvió a defender la autodeterminación de los catalanes. “porque tienen su propia lengua y cultura, y porque son su propio pueblo y tienen el derecho a la autodeterminación”. Además de que ya habían pasado casi seis meses de la consulta ilegalizada. Y el periodista australiano había intensificado sus ataques a la policía, la justicia y el gobierno de España.
Según la información obtenida, el fundador de Wikileaks. Utilizaba el refugio y el altavoz de la embajada ecuatoriana en Londres. Para poder atacar a las instituciones y a periodistas españoles.
¿El estado autoritario?
Assange compartía también, mensajes en inglés, español y catalán. Donde acusaba directamente al estado de autoritario y comparaba sus métodos con los del fascismo. Mientras, consultaba frecuentemente con los abogados que le asistían, Baltasar Garzón a la cabeza, y se vio, en noviembre, con un ideólogo clave del independentismo catalán, Oriol Soler.
Por lo tanto, cuando llegó aquel 27 de marzo, el gobierno de Mariano Rajoy contactó con Lenín Moreno. Quien era su homólogo ecuatoriano, para trasladarle una enérgica queja. Debido a que Assange era un asilado, y aunque no hay un código de conducta para quienes disfrutan de ese derecho. Este se encontraba utilizando el refugio y el altavoz de la embajada ecuatoriana en Londres. Para dedicarse a atacar a las instituciones y a periodistas españoles.
Fue por ello entonces, que al día siguiente, pendiente una investigación, el Gobierno de Ecuador cortó la conexión a internet de Assange. Que fue lo que le comunicó el ejecutivo de Moreno, a Rajoy. Ya que el periodista había firmado un acuerdo de no injerencia en asuntos extranjeros a finales de 2017. Acuerdo que ya había violado en repetidas ocasiones. La queja de un socio político y comercial como España llevó al presidente ecuatoriano a optar por una medida ciertamente drástica.
El Gobierno Ecuatoriano
Además, a través de un comunicado, el Gobierno ecuatoriano dijo que “el comportamiento de Assange, con sus mensajes a través de las redes sociales. Pone en riesgo las buenas relaciones que el país mantiene con Reino Unido. Con el resto de los Estados de la Unión Europea y otras naciones”. Al interesado se le comunicó que era un aviso serio de que sus anfitriones comenzaban a perder la paciencia. Esto tras las denuncias por injerencia recibidas tanto por Reino Unido. En la crisis del Brexit, como por Estados Unidos. Por sus ataques a Hillary Clinton y la filtración de correos de los demócratas, robados por Rusia.
