A partir de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, se prohibió el derecho de ofrecer asistencia internacional a organizaciones que ofrezcan servicios abortivos. Se trata de la conocida “regla de la mordaza global”, instaurada a partir del año 2017.
Ante esto, una médica de Sudáfrica, cuenta como le afecta esta decisión a la sanidad de su país. Desde hace dos décadas, se legalizo el aborto en Sudáfrica, pero a partir del 23 de enero de 2017 esto acabo.
La principal labor de esta médica, consistía en presentar materiales educativos para una ONG que previene el VIH. Ofreciendo de esta manera, información necesaria para las jóvenes sudafricanas, en temas de salud reproductiva, violencia sexual y la progresista ley de aborto en su país. Pero luego de dos días de la proclamación de Trump, esta ONG dejo de distribuir información referente al aborto.
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Todo esto, se trata de la regla de mordaza global, que se introdujo en Estados Unidos a partir de 1980. Se trata de una norma que prohíbe totalmente la entrega de asistencia internacional estadounidense a instituciones que entreguen servicios abortivos, asesoren sobre ellos o los efectúen.
En este sentido, una vez Donald Trump reinstauró oficialmente la ley, se aseguró de ampliar la lista de programas de ayuda al extranjero. Así, su financiación se condiciona al estricto cumplimiento de estos criterios.
Un ejemplo de ello es Sudáfrica, que recibe cientos de millones de dólares de Estados Unidos, todos los años. Esta ayuda es destinada a diferentes programas de salud y población, principalmente. La cual, es de óptima ayuda para los sudafricanos pero los convierte en eternos esclavos del régimen estadounidense.
Injerencia por parte de Estados Unidos
A partir de la restauración de este reglamento, los sudafricanos alzaron su voz y rebatieron que no son ajenos a los reglamentos de Estados Unidos. Una completa intromisión por parte de este país en temas de salud, que además, se ha repetido varias veces. Por ello, asumen que actualmente se encuentran con la regla de mordaza global.
Esta situación también se produjo durante el gobierno de George Bush, cuando se generaron severos problemas en la salud reproductiva. Tomando en cuenta también, los servicios educativos asociados con el aborto, que quedaron afectados.
Por ello, a los agentes de atención médica que recibieran dinero de Usaid, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, se les prohibió hablar acerca del aborto. Hasta en casos donde se trata de embarazados con VIH-positivas. Razón por la que hoy, los sudafricanos hacen sonar la alarma para no ser víctimas nuevamente de la regla de la mordaza global.
Igualmente, las mujeres en Sudáfrica presentan grandes dificultades para acceder a servicios abortivos. Tan solo 5% de hospitales y clínicas, ofrecen el procedimiento, aun y cuando es legal desde 1996. Dando pie a prácticas de peligrosos abortos clandestinos.
Los abortos en Sudáfrica deben ser realizados legalmente
Amnistía Internacional considera que se deben ejecutar abortos totalmente seguros y en cumplimiento de la ley local en Sudáfrica. Estos planes deben incluir además, un mayor acceso a óptimos establecimientos de planificación familiar y a métodos anticonceptivos actuales. También, se debe ofrecer una mejor educación sexual a las jóvenes sudafricanas.
Pero ante la erradicación de Estados Unidos contra la libertad reproductiva, se dificulta este plan en Sudáfrica. Por lo cual, se necesitan nuevas estrategias para combatir la regla de mordaza global. Así, la solución debe comenzar en cada nación, por lo cual, deben independizarse de este tipo de ayudas que restringen diferentes medidas para la salud pública. Ante esto, las ONG locales, deben ser las principales fuentes de apoyo para programas que instruyan a todas las mujeres sobre sus derechos.
Tan solo de esta forma, se puede lograr el verdadero repudio de la regla de mordaza global del Gobierno de Trump. Por ello, también se requiere un respaldo de legisladores estadounidenses que logren repercutir la peligrosa política de Trump.