La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a través de su iniciativa #NoCuela, ha denunciado que no todos los coches con el distintivo ECO que otorga la Dirección General de Tráfico (DGT) contaminan menos que los que llevan la etiqueta “C”. Los turismos ECO no tienen por qué contaminar menos que los de gasolina o diésel.
Desde esta inicitaiva, la OCU solicita que tanto los impuestos como las etiquetas de la DGT se basen en las emisiones reales de cada coche y no en la tecnología de su motor.
Según ha develado la organización, el engaño se origina en que las etiquetas medioambientales (Cero Emisiones, ECO, C y B) solo valoran la tecnología del motor del coche (si es eléctrico, híbrido) y no las emisiones contaminantes de cada modelo concreto, ni su uso real. Por estos motivos, hay vehículos que a pesar de no contar con el distintivo ECO o Cero Emisiones, contaminan menos que otros que sí disfrutan de estas etiquetas.
La OCU sostiene que la etiqueta ECO es un buen reclamo publicitario. Es una tarjeta que cada vez más tienen en cuenta los conductores ya que ofrecen ciertas ventajas asociadas como la de estacionar con descuento en plazas de aparcamiento público o poder entrar a las grandes ciudades en jornadas de alta contaminación.
«La etiqueta ecológica se ha convertido en un reclamo comercial de las marcas que aprovechan el menor coste de los microhíbridos frente a otras tecnologías menos contaminantes para vender este tipo de modelos claramente favorecidos por el sistema de concesión de etiquetas ecológicas, aunque en muchos casos sean en realidad más contaminantes que otros vehículos más baratos», advierte la organización.
En este sentido, considera que el actual sistema de concesión de etiquetas es «injusto», pues, en su opinión, está basado en las tecnologías del motor y no en las emisiones reales de los vehículos. No obstante, cree que es un «buen paso inicial e importante» para concienciar a los conductores de la contaminación.
Además, pone de manifiesto que no hay datos oficiales sobre las emisiones reales de los contaminantes que perjudican a la salud (micropartículas y NOx), subrayando que el sistema «favorece a unos vehículos en perjuicio de otros sin un criterio objetivo».
«El sistema de etiquetas ambientales condiciona el acceso de los ciudadanos a las áreas de circulación restringida de las grandes ciudades, discriminando en este caso a los dueños de coches que, aunque contaminan menos, tienen una etiqueta peor», apunta.
En este sentido, OCU cree que debe revisarse el sistema de concesión de etiquetas medioambientales para que estas puedan cumplir con su objetivo.
Esto se produce, luego de que el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida pusiera en duda la continuidad de Madrid Central, el proyecto estrella de Manuela Carmena, el sistema de aparcamiento y control del tráfico del centro de la capital.
Madrid Central es una gran zona de bajas emisiones, en las que solo se puede entrar libremente si el coche tiene etiqueta ECO o CERO, mientras que solo los residentes pueden acceder libremente. El objetivo de Madrid Central era mejorar la calidad del aire de los habitantes de esta zona central.
Tipos de etiquetas de la DGT
Hay cuatro tipos de etiqueta que van de las más contaminante a la menos.
Se encuentra la B, para coches diésel nuevos y los gasolina más antiguos; la C, para los coches de gasolina más nuevos; la ECO para los híbridos; y la 0, para vehículos exclusivamente eléctricos.
«Al igual que ocurría con algunos modelos híbridos e híbridos enchufables, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que en contra de lo que señalan las etiquetas medioambientales, muchos de los nuevos microhíbridos o mild-hybrid con etiqueta ECO contaminan más que vehículos de diésel y gasolina que disponen de etiqueta C», han indicado.
Los de etiqueta ECO o CERO a veces contaminan más
La OCU pone el acento sobre los motores de gasolina de coches pequeños, menos contaminantes que muchos híbridos no enchufables. Para explicar el caso, el informe compara las emisiones de modelos de un mismo grupo automovilístico, que destaca porque posee la gama más amplia del mercado de híbridos: así, un Toyota Aygo con motor gasolina (etiqueta C) contamina menos que un Lexus CT, un Toyota RAV-4 o un Lexus LS, todos ellos certificados como ECO.
El informe menciona también que los híbridos enchufables de gran potencia, como el Porsche Cayenne (distintivo ECO), emiten mucho más CO2 a la atmósfera que otros coches con etiqueta C en cuanto agotan su autonomía eléctrica. Aunque la OCU no lo indica en su análisis, esta realidad se repite con los vehículos que utilizan la microhibridación, que también se consideran ECO, a pesar de que en muchos casos sus emisiones son especialmente altas.
Coste elevado de los coches ecológicos
Además, la OCU alerta sobre el problema que supone el precio de algunos coches ecológicos por su elevado precio de compra, que perjudica a los consumidores con menor poder adquisitivo.
Según la OCU, un coche eléctrico 100% cuesta 2.000 euros más que un híbrido enchufable, 10.000 euros más que un híbrido no enchufable y 12.500 euros más que un modelo con motor de gasolina equivalente. Entonces, se preguntan desde la asociación de consumidores ¿por qué hay tan pocas ayudas a la compra?
La realidad es que las ayudas que ha habido hasta ahora se han agotado en unos días. El pasado 16 de febrero el Gobierno anunció un nuevo plan de ayuda llamado MOVES.
El elevado precio de los coches más ecológicos del mercado supone una dificultad importante para un gran número de conductores que ven limitado el acceso a las grandes urbes en los casos de restricción de tráfico por momentos de contaminación alta. De hecho, su alto coste, dicen desde la OCU, junto a la incertidumbre sobre qué tecnología se impondrá y cuánto van a mejorar, está provocando que muchos aplacen la sustitución de su viejo coche, lo que prolonga el problema de la contaminación.