Los jugadores olvidados de Zidane, fueron los encargados de darle el triunfo al Real Madrid. Sin duda alguna fue un partido lleno de sorpresas. Pues la primera fue la titularidad de Casemiro, quien ha demostrado que está dispuesto a jugarlo todo este campeonato.
El número once de Zidane se mantuvo serio, sin concesiones, y se encargó de recuperar a los olvidados James y Bale. Quienes se encargaron además de organizar el 1-0. Con un pase de James, una cesión candorosa de Góngora, y la colocación con la derecha de Bale completamente solo los llevaron a ese primer gol.
Bale y Brahim, con la ayuda de James y Areola, fundamentales en la victoria del Real Madrid contra Unionistas. Buena actitud y titulares en los blancos.
La actitud de James y Bale
Los polémicos jugadores de Zidane, Bale y james. Se pudo ver como Bale ponía su tanto y su semblante de dos sobre par. Mientras que James mantenía su ética de Marc Anthony en el mediocampo. Este siempre rinde a pesar de las circunstancias, corre, y trata de organizar con su zurda sobre cualificada. Así que se pudo ver a un Madrid con conciencia dispuesto a dejarlo todo en la cancha.
Pero todo esto también hay que agradecérselo a los Unionistas. Quienes con su salida demostraron que estaban dispuestos a ejercer una presión valiente y un juego animoso. Un juego en el que no se vieron patadas, ni embarramiento táctico. Un buen juego de fútbol, en el que el azar lo ponía el césped. Un césped irregular como ya se había comentado.
La participación de los Unionistas
El juego de los Unionistas se basó en adensar el centro del campo con cinco futbolistas que estorbaron la creación del Madrid. Que primero sujetó el partido, pero después marcó y luego cargó el juego progresivamente por la izquierda con Vinicius. Y por lo menos media hora más tarde empezaron a llegar las reacciones de Valverde. Acompañados de un tiro de Benzema, otro de James que dio directo al palo.
Por lo tanto el Madrid fue recuperando su movilidad natural arriba, al igual que su soltura. Mientras que los Unionistas a pesar de su voluntad de responder al gol. No lo lograron y solo consiguieron un par de contras bien cerradas por Carvajal y Militao.
Y aunque el juego del Madrid no fue tan brillante como muchos otros, le permitió al aficionado el gozo íntimo en ver a su equipo manteniendo la puerta a cero. Con una actitud, alejada de Alcorconazos y un juego de eliminatoria que se mantenía vivo gracias a los gritos de la hinchada. Protagonistas de una recreación del fútbol tal cual fue: una afición propietaria, un campo, un cierto carácter.
Llegó el segundo tiempo
Cuando llegó el segundo tiempo del partido, James reapareció con un buen juego. Mientras que Bale, presentó molestias, y tuvo que ser sustituido por Brahim. El partido era como un resumen en miniatura de su vida en el Madrid: extrañeza, una extrañeza como deslocalizada, una especie de despiste extraterrestre, el gol fundamental y el impedimento muscular. Muchas cosas que le suceden a Bale y que suelen ser suficientes para que le puedan criticar, y también suficientes para que le estén agradecido.
Luego de la salida de Bale, llegó el empate. El chispeante Romero, aprovechó que el Madrid no había vuelto por completo al partido y desde el banquillo, empató con una rápida jugada en la que llegó al área libre de adherencias. Una jugada que hizo reaccionar de inmediato al Madrid y casi de forma inmediata se marcó con una aparición de magnitud Champions de Marcelo que remató Brahim. La baraka zidanesca: marcaban los olvidados. ¡Todo le sale bien!
Y el Madrid buscaba su tercer gol. Un gol que llegó con Brahim, este tuvo un palo y luego logró el tercero con una gran jugada personal. Una jugada en la que hizo un regate genialoide e inverosímil que hubiera dislocado el menisco o el tobillo a cualquier otro. Y fue así entonces, como los olvidados de Zidane le dieron la victoria en la eliminatoria.