El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado este viernes que, si finalmente se reúne con el presidente catalán, Quim Torra, el tiempo que éste dedique a hablar de autodeterminación él lo utilizará para hablar de precariedad laboral, de calidad de los servicios públicos y de «cómo reconstruir el Estado del bienestar, que estos años ha salido muy dañado en la sociedad catalana».
En rueda de prensa en Bruselas, Sánchez ha reconocido no tener aún confirmación de si se reunirá con Torra el próximo viernes, con motivo de su viaje a Barcelona para presidir la reunión del Consejo de Ministros, aunque ha confiado en que se produzca y ha recordado que «dentro de la Constitución se puede hablar de cualquier cuestión».
Por otro lado, ha insistido en que su receta para la crisis en Cataluña es «sosiego, tiempo, diálogo y sentido de Estado» y también generosidad, altura de miras y responsabilidad, de todas las fuerzas políticas, sobre todo de las que están gobernando en las distintas instituciones.
«No será una crisis que vayamos a resolver en un mes o dos meses», ha dicho, insistiendo en que el Gobierno «quiere resolver el problema catalán, no vivir de la confrontación y el agravio territorial». «Los problemas están para solucionarse, no para dejarse como se han dejado en los últimos siete años, ha añadido.
Así, cree que el hecho de que hayan vuelto a reunirse las comisiones bilaterales y que se haya acordado reducir la litigiosidad en el Tribunal Constitucional son buenas noticias que apuntan que «ese es el camino».
Sánchez se ha expresado así cuando se le ha preguntado si considera que está funcionando en Cataluña «la política del ibuprofeno» para bajar la inflamación en esta comunidad, tal como la describió el ministro de Exteriores, Josep Borrell, antes de admitir que, hasta la fecha, está teniendo «poco éxito».
El presidente del Gobierno ha evitado decir si coincide con Borrell en que, en esta situación, no parece que los partidos independentistas vayan a apoyar los Presupuestos Generales el Estado.
Además de pedir a la oposición que tenga «sentido de Estado», ha defendido que la celebración del Consejo de Ministros en Cataluña es una muestra de respeto, aprecio y cariño «a Cataluña y a la sociedad catalana», igual que lo fue ir a Sevilla y lo será en otros sitios de España.
«Un gesto de convivencia, de concordia, y de acercar el Gobierno de España a todos los territorios», ha detallado, añadiendo que este gesto tiene mucho que ver con su concepción del reconocimiento de la diversidad territorial y de que «no toda la vida política pasa en Madrid.