Un novedoso estudio realizado este mes de septiembre en Suiza, precisamente en la Universidad de Zúrich reveló las ventajas de ser generoso. Esta particularidad, integra beneficios tanto para la sociedad como para el bienestar del cerebro, por lo cual, se estima como un gran privilegio para la salud.
En este sentido, se asegura que es necesario ser generoso para alcanzar una sociedad más justa e igualitaria, y también, para sobrevivir en el mundo. Se trata de una acción que certifica un estado de bienestar tanto psicológico como físico. Ante ello, es posible distinguir en algunos tipos de generosidad.
En primer lugar, existe una generosidad no focalizada, que se refiere a donaciones realizadas a organizaciones benéficas o actuar en grupos impersonales generosamente. Por otro lado, se encuentra la generosidad focalizada, la cual se centra en ayudar a las personas que lo necesitan, realizando así, una ayuda de forma particular.
De esta manera, los investigadores en Suiza realizaron dicho estudio para observar en qué grado afectan los diferentes tipos de generosidad. Al igual que, como afecta en las personas, tomando en cuenta la participación de 45 individuos. Así, los instaron para efectuar una tarea que les regalaría boletos de una rifa de 200 dólares. Una vez finalizada la tarea, el dinero sería destinado para tres causas distintitas: Una organización benéfica, una persona en particular o para ellos mismos.
Proceso del estudio
Una vez explicada la técnica, los cerebros de los participantes fueron escaneados por resonancia magnética funcional. Así, obtuvieron importantes resultados que mostraron que tanto la generosidad focalizada y no focalizada, aumentaban la actividad en dos áreas del cerebro. Dichas áreas, se relacionaban ampliamente con el altruismo, el área septal y el cuerpo estriado ventral. Estos, también están asociados a padres que cuidan a sus crías en humanos y otros mamíferos.
Asimismo, el cuerpo estriado ventral forma parte del “sistema de recompensa del cerebro”. El cual, es esencial para amar y aprender. Junto con las adicciones que desarrolla una persona.
El resultado obtenido era el esperado, pero hubo algo que sorprendió a los investigadores. Se trata de que, la generosidad focalizada redujo la actividad en el epicentro del cerebro de la emoción. La cual inicia la respuesta de huida o de lucha de la persona. Al igual que, la actividad en la amígdala.
En cuanto al aumento de la actividad de la amígdala, tiene que ver totalmente con los trastornos de ansiedad. Por lo cual se concluye que, la generosidad focalizada disminuye la actividad de la amígdala que se activa con la ansiedad.
Posteriormente, se realizó otro experimento con 380 personas. En este, los asistentes exponían sus hábitos de donación y se obtuvieron así algunos resultados. El primero, las personas con generosidad focalizada a una persona en particular, mostraron disminución en la actividad de la amígdala. Por el contrario, los participantes que hablaron sobre generosidad no focalizada, no tuvieron dicho resultado.
«Brindar apoyo específico a un individuo identificable que lo necesita se asocia con la actividad reducida de la amígdala. Lo que contribuye a la salud” – Investigador de la Universidad de Zúrich.
Ser generoso aumenta la felicidad
Los actos generosos implican un sacrificio importante y esto, inspira sentimientos mayores de felicidad. Los cuales, logran demostrar las correlaciones neuronales. De igual forma, las personas que actúan con generosidad, adquieren una mejor salud mental, que por supuesto, trae muchos beneficios al organismo. Siendo además un estímulo para poner en marcha la actividad en áreas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones.