Las claves para acertar en la elección de la caldera de gas

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La primavera es sinónimo de terrazas, buen tiempo, y ahorro en la factura eléctrica y de gas. Si en invierno la calefacción obliga a los consumidores a pagar cantidades en ocasiones desorbitadas para mantener su vivienda a una temperatura agradable, y esto mismo ocurre en verano con el aire acondicionado, la primavera permite un respiro, pues las temperaturas son más agradables, más suaves.

Este periodo del año es también adecuado para realizar el mantenimiento de los equipos de climatización, ya sean sistemas de aire acondicionado y calefacción, calderas o radiadores. En los aparatos de aire acondicionado hay que limpiar los filtros, que minimizan la potencia del aparato.

El mantenimiento de las calderas obliga a un trabajo más a fondo, de ahí que lo más recomendable sea contratar un equipo de profesionales que vigilan que la combustión sea óptima, el estado y eficiencia de las tuberías, llaves y gomas, las condiciones del contador y otros aspectos relevantes. Las revisiones de mantenimiento deben hacerse al menos una vez cada año, y es precisamente la primavera, cuando la caldera deja de usarse con tanta frecuencia, cuando es más apropiado realizar esta intervención.

En cualquier caso, los propietarios de esta instalación pueden contribuir al mantenimiento y el buen funcionamiento de las calderas con acciones comunes como controlar la presión y la temperatura del agua que alimenta la caldera, comprobar la versión del gas de combustión o verificar el nivel del agua y dela combustión, de manera diaria o semanal.

Si en casa no dispones de caldera y quieres instalar este sistema de climatización, la primera pregunta a responder es qué tipos de caldera existen. La respuesta es muy variada, porque va a depender del uso que se le da a las calderas o del combustible que las alimenta.

Tipos de caldera según su combustible

Se diferencian dos tipos de caldera, las calderas de gas y las calderas de gasoil. En las calderas de gas se distinguen dos opciones: gas natural y gas butano o propano. En las calderas de gas natural, el gas llega a la vivienda mediante un sistema canalizado, como ocurre con los otros hidrocarburos, pero requiere de un mantenimiento más preciso y necesita pasar controles regulares una vez al año y una correcta ventilación.

Las calderas de butano o propano son adecuadas para zonas en las que no se necesita mucha calefacción, como por ejemplo las segundas residencias.

Las calderas de gasoil calientan muy rápido las estancias y no obligan a un alto mantenimiento, pero a cambio son las que más gases emiten. Son apropiadas para viviendas a las que no llega red de gas canalizado y son muy habituales en casa unifamiliares.

Las calderas y su tipología

Otro modo de clasificar las calderas es atendiendo a su tipología. Las atmosféricas son aquellas que usan el aire de la estancia donde se encuentra la combustión. Son las más peligrosas y desde 2010 está prohibida instalarlas.

Las calderas estancas son muy comunes y se denominan así porque la combustión tiene lugar en una cámara estanca, que evita la intoxicación. La normativa también actúa frente a estas calderas, imponiendo únicamente aquellas que ofrecen mayor grado de eficiencia.

Otro tipo de calderas son las de gas Bajo NOx. Funcionan de manera muy similar a las estancias pero este tipo contiene sistemas de salida de humos que las convierte en calderas más respetuosas con el medo ambiente.

Finalmente encontramos las calderas de gas de condensación. Si bien son las más caras, son las más recomendables, por su capacidad de ahorro, en torno a un 30% en el consumo de gas natural. El funcionamiento de estos dispositivos permite que un 11% del calor de condensación sea reutilizado y que el rendimiento energético, por tanto, sea más alto.

Entre las calderas de condensación, Vaillant ecotec plus se posiciona como la mejor caldera del mercado, puesto que presenta la mejor calidad precio.

No obstante, antes de tomar la decisión de adquirir una caldera de gas, es fundamental conocer todos los tipos para saber cuál es la que más se ajusta a las necesidades particulares. De nada sirve comprar una caldera con más potencia de la que pueden asumir los radiadores de la casa, por poner un ejemplo muy visual.

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Periodista
Jefe de redacción en ElPeriodico.digital