Muchos coches se han puesto en venta a precios muy asequibles porque no han pasado el nuevo examen de emisiones. Por tanto, los concesionarios tienen prisa por vender a estos modelos que no han sido adaptados a la nueva normativa.
El Gobierno está negociando con la industria para que el aumento de los niveles registrados de emisiones no afecte al impuesto de matriculación. En el laboratorio, se mide el nivel de emisiones de CO2 en el que los automóviles no pueden pasarse. Esta normativa entra en vigor el 1 de septiembre. Antes de esta fecha, los concesionarios no pueden tener los modelos que no cumplan la normativa.
Por este motivo, el precio del automóvil está muy rebajado. A finales de año, los vehículos no se pueden vender y no tendrán matriculación. Anfac, patronal de fabricantes de automóviles, ha proporcionados los siguientes datos: una subida de casi el 20% de venta de vehículos. Es decir, se ha duplicado esta cifra desde el primer semestre del año.
La nueva normativa, denominada WLTP, está más controlada con las pruebas del laboratorio y miden las características del vehículo y motor. Las normas son para todos vehículos, desde los eléctricos a los híbridos. Los concesionarios suelen acudir a las herramientas de automatriculados, para luego comercializarlos con kilómetros 0 en el mes de septiembre con mayores descuentos.
Fiscalidad
El diésel es uno de los hándicaps en este proceso. El Gobierno ha llegado a un acuerdo para plantear un impuesto específico en este tipo de modelos. En las ventas de estos vehículos, las ventas han bajado de forma considerable.
Por tanto, los fabricantes de coches deben vender miles de unidades de diesel antes de septiembre. En total, hay entorno a 50.000 unidades de motor de gasóleo que tienen que matricularse antes del 1 de septiembre. Es el mejor momento para comprar un coche a un precio muy rebajado, se pueden descontar hasta 6.000€ de su precio total.
