Así lo demostró un estudio europeo realizado a parejas de homosexuales, en las uno de ellos tomaba los medicamentos antirretrovirales para suprimirlo. La investigación se realizó en casi mil parejas gays que mantuvieron relaciones sexuales sin condones; y donde uno de ellos era positivo en VIH y tomaba la mencionada medicina y el otro era VIH negativo.
Después de ocho años de seguimiento de las denominadas parejas serodiferentes, el estudio no encontró ningún caso de transmisión del VIH dentro de las parejas.
El estudio demuestra, según los investigadores, que el uso de la terapia antirretroviral para suprimir el virus del SIDA a niveles indetectables también significa que no se puede transmitir a través del sexo, señalaron los investigadores.
«Nuestros hallazgos proporcionan evidencia concluyente para los hombres homosexuales de que el riesgo de transmisión del VIH con tratamiento antirretroviral supresivo es cero», dijo Alison Rodger, profesora del University College de Londres que fue coautora de la investigación.
Rodger aseguró además que este «mensaje poderoso» podría ayudar a terminar con la pandemia del VIH al prevenir la transmisión del virus en poblaciones de alto riesgo. En este estudio solo, por ejemplo, los investigadores estiman que el tratamiento antirretrovial supresor evitó alrededor de 472 transmisiones de VIH durante los ocho años.
El estudio, publicado en la revista médica Lancet el jueves, evaluó el riesgo de transmisión del VIH entre parejas de varones homosexuales serodiferentes, donde uno de ellos es VIH positivo y uno es VIH negativo, que no usan condones.
Sus hallazgos se suman a una fase anterior del estudio que analizó el riesgo de transmisión del VIH para parejas heterosexuales serodiferentes en las mismas circunstancias. También encontró cero riesgo.
Mientras que 15 de los hombres de las 972 parejas homosexuales en esta fase se infectaron con el VIH durante los ocho años de seguimiento, las pruebas genéticas mostraron que sus infecciones se debieron a cepas del VIH adquiridas de otra pareja sexual.
Desde el inicio de la epidemia de SIDA en la década de 1980, más de 77 millones de personas se han infectado con el VIH. Casi la mitad de ellos, 35,4 millones, han muerto de sida.
Los expertos en salud a nivel mundial dicen que la lucha contra el VIH se encuentra en un punto precario: la cantidad anual de muertes por SIDA está disminuyendo y la cantidad de personas que reciben tratamiento antirretroviral está aumentando, pero la cantidad de nuevas infecciones es muy alta, con aproximadamente 1.8 millones de casos nuevos al año en todo el mundo.
El segundo caso en la historia que se curó
En marzo se conocía la noticia de que un paciente VIH positivo se curaba de este virus por segunda vez en la historia. Esto ha generado la idea en el campo de la medicina de que el VIH no sólo es una infección tratable sino que también puede ser curable.
Existe un tratamiento efectivo para controlar la infección de VIH y existe un método que ayuda a prevenir el contagio, PrEP. Pero hasta ahora el virus responsable del sida, de trágica mortalidad en sus orígenes, no tenía lo que se considera una cura.
Los científicos lograron que una persona, identificada únicamente como «el paciente de Londres», superase la infección de VIH. Es un éxito que llega después de 12 años de haber buscado repetir, sin lograrlo, el caso que en su momento se difundió como el del «paciente de Berlín»: alguien que logró vivir sin medicación luego de que su sistema inmunológico impidiera por sí mismo la reproducción del virus.
Ese nuevo estudio con “el paciente de Londres”, describe el caso como «una remisión de largo plazo». Sin embargo, los expertos que también participaron, días más tarde de darse conocer esta noticia, de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas, en Seattle (Estados Unidos); hablan de cura, con la advertencia de que es difícil definir la palabra por ahora, ya que el logro —posible, pero arduo— requiere más comprobaciones.
«Al obtener la remisión en un segundo paciente utilizando un enfoque similar, hemos mostrado que el paciente de Berlín no era una anomalía, y que en verdad fue el enfoque terapéutico lo que eliminó el VIH en estas dos personas», dijo Ravindra Gupta, autor principal del nuevo trabajo y profesor investigador del Departamento de Infección y Sistema Inmunológico del University College de Londres .
La clave parece hallarse en el gen CCR5, que participa en la función de la proteína C-C quimiocina receptora de tipo 5. Como afecta el funcionamiento de los glóbulos blancos, es central para que el VIH pueda invadir los linfocitos T.
De esta manera, “todo el enfoque de una cura está cambiando de ser una aspiración a algo que la gente se está dando cuenta que puede ser viable», expresaron los expertos sobre este hallazgo.
Sin importar qué camino se tome hacia una cura, no será sencillo
Es una esperanza que debe procesarse con realismo: el VIH es un adversario astuto y los científicos y pacientes que viven con el virus conocen muy bien los fracasos del pasado en la lucha contra la epidemia.
Sin embargo, este éxito aparente no significa que una cura fácil esté a la vuelta de la esquina y, por supuesto, tampoco implica que los pacientes infectados deban dejar de tomar sus medicamentos.
Los dos hombres que hasta ahora se cree están curados tenían VIH y cáncer. Ambos recibieron trasplantes de médula ósea para tratar el cáncer, no el VIH. En cada caso, los donadores de médula ósea contaban con una mutación genética clave, llamada delta 32, que impide la entrada del VIH a ciertas células sanguíneas.
Los trasplantes de médula ósea son procedimientos riesgosos, así que no es probable que se convierta en una alternativa de tratamiento para la mayoría de la gente que tiene VIH. Además, vale la pena señalar que, hasta ahora, la mayoría de los otros intentos por repetir la primera cura también habían fracasado.
La cura significa que el virus parece haberse ido para siempre. La remisión es un término más conservador: el virus está bajo control en el cuerpo, pero quizá no para siempre.