En la encuesta Hábitos Deportivos de los Españoles 2015 ya se mostraba que hay más mujeres abonadas a gimnasios que hombres. Concretamente en ese estudio se indica que el 19,4% de la población femenina ha estado alguna vez apuntada a un gimnasio, frente al 16% de los varones.
En los últimos años, esta situación es muy similar, basta aproximarse a un gimnasio privado en cualquier ciudad, donde vemos muchas mujeres practicando deporte o actividad física, especialmente en las actividades grupales. Ellas, atendiendo nuevamente a la encuesta referida anteriormente optan más por los centros privados que por los públicos, en concreto, un 8% más que ellos.
Este comportamiento diferenciado entre hombres y mujeres: ellas apuestan más por los centros privados y su objetivo es más mejorar su imagen física y reducir esos kilos de más, mientras que ellos lo que buscan en más casos es definir más su musculatura. No sorprende, por tanto, que sean ellas principalmente las que son mayoría en las clases grupales.
Este fenómeno está dando lugar a una práctica cada vez más generalizada, la de los gimnasios para mujeres. Un ejemplo es la franquicia Curves, con presencia en varios países europeos y que en España cuenta con unos 70 locales repartidos por la geografía nacional. Esta franquicia está diseñada para practicar ejercicios de fitness y que sean ellas principalmente quienes sean las protagonistas.
Mayor intimidad, actuar frente a la gymtimidation
El hecho de que muchas mujeres se sientan más cómodas cuando practican ejercicio físico rodeado de otras mujeres no es un caso aislado. La revista Cosmopolitan Body concluyó que el 14% de las mujeres se sentían intimidadas en el gimnasio porque algún varón las observaba de manera lasciva mientras entrenaban.
Esta forma de intimidación machista se denomina gymtimidation, y aunque el término es algo novedoso, la realidad es que muchas mujeres lo sufren, pues una muestra es que en Google arroja casi 40.000 resultados.
La gymtimidation no es más que otra práctica machista más de las que están relacionadas con el mundo del deporte. Otra muestra interesante sobre el acoso que sufren muchas mujeres cuando practican deporte es que según los datos aportados por «Runners World Magazine España», nueve de cada diez mujeres que practican running reconocen haber sentido inseguridad cuando salen a correr en solitario. Además, el 28% asegura haber sufrido algún tipo de ataque o agresión practicando este deporte.
Todas estas prácticas son consecuencia de la cosificación permanente del cuerpo femenino y de las mujeres, así como de su imagen. Muchas mujeres, dada la historia de acoso callejero, sienten bastantes problemas para sentirse seguras en espacios mixtos.
Una segunda razón que explica por qué los gimnasios de mujeres tienen tanto éxito es que a estos centros pueden acudir mujeres musulmanas y judías sin sentirse violentadas, y pueden entrenar tranquilamente con la cabeza destapada o con leggins.
Y finalmente, en estos centros diseñados para mujeres, es habitual que todas esas mujeres que se inician en la actividad física encuentren un ambiente más integrador y pueden dejar de lado sus complejos sobre su físico, su timidez o la sensación de sentirse observadas por miradas masculinas.
Diferentes motivaciones para acudir al gimnasio
La encuesta Hábitos Deportivos de los Españoles, publicada en 2015, muestra también que las razones que impulsan a mujeres y hombres a acudir al gimnasio son diferentes.
Así, en ellos el porcentaje de quienes se apuntan al gimnasio por diversión o entretenimiento es superior al de ellas, en un 10%. Esto indica que son muchas las mujeres que acuden a estos centros bien por recomendación médica o porque entienden que es necesario para mejorar su estado de salud.
Esto es lo que lleva a muchos gimnasios diseñados especialmente para mujeres a proponer actividades deportivas que estén más enfocadas en las necesidades propias de las mujeres.
El caso de Curves destaca porque propone sistemas de entrenamiento y rutinas fácilmente asumibles por mujeres de toda condición física que están pensados para todo tipo de objetivos, desde perder peso hasta fortalecer determinadas áreas de la anatomía femenina. Uno de los ejemplos más claros es su método de entrenamiento completo de 30 minutos, en el que se combinan ejercicios de fuerza con actividad cardiovascular y estiramientos.
En los gimnasios para mujeres, las actividades programadas están especialmente diseñadas para controlar el metabolismo femenino, pues, como sabemos, el organismo de mujeres y hombres es diferente: cuestiones hormonales, anatomía, acumulación de grasa, capacidad física, etc.
¿Es una cuestión de marketing o es una realidad necesaria?
Tras todo esto, la pregunta que cabe hacerse es, ¿son los gimnasios para mujeres una gran operación de marketing para atraer a un determinado sector potencial de clientela? La realidad es que no es así, por lo expuesto anteriormente, pero no cabe duda de que el marketing ayuda a visibilizar más estos centros y que las mujeres entiendan que en los gimnasios para ellas se puedan sentir más cómodas y menos observadas.